Mecanismos resilientes y de afrontamiento en lesbianas y mujeres transexuales mayores.

En esta ocasión permitidme que os traiga parte de mi investigación presentada durante el II Congreso Internacional “Mujer, Cultura y Sociedad: Género, Interseccionalidad y Equidad Social” en la que centrándome en una mirada sobre la mujer y en especial sobre las mujeres mayores me cuestioné los “Mecanismos resilientes y de afrontamiento en lesbianas y mujeres transexuales mayores. Un estudio cualitativo sobre la lesbofobia y transfobia”. ¿Y por qué dirigir mi mirada hacia las mujeres mayores? Sin duda por escuchar y aprender de sus historias de vida y alzar la voz junto a ellas, por conocer su mundo, sus necesidades, por su vulnerabilidad, por lo olvidada, ocultada, sometida y desconocidas que han sido sus trayectorias vitales.

Las lesbianas y mujeres transexuales mayores han sido discriminadas históricamente, por su sexo, orientación sexual e identidad o expresión de género. Son un grupo muy vulnerable y aún invisible del cual conocemos poco y sobre el que poco se ha investigado. Su sexualidad ha sido sometida a la norma social que reproduce estereotipos sociales organizados en torno al binomio sexo/género, donde a cada sexo le corresponde un género y a cada género se le prescriben unas prácticas sexuales y su objeto de deseo. Creemos que sus experiencias y vivencias pasadas han afectado a su autopercepción y a su bienestar mental y deben tomarse en cuenta en la investigación. La lesbofobia y transfobia tristemente aún son muy frecuentes en nuestra sociedad y muchas personas mayores LGTBI aún se sienten obligados a ocultar su sexualidad en un esfuerzo de protegerse de los estereotipos negativos por la adopción de una perspectiva heterosexista por parte de las prestadoras de servicios sociales y de salud lo que permite un mayor aislamiento y soledad. (Adelman, 2007; Chaya y Bernert, 2013; Villar et. al, 2011; De Vries, 2005; Rogers, 2013; Coll-Planas y Missé. 2009)

Hay que recordar que estas mujeres sufrieron la represión, persecución y castigo del Estado a través de herramientas como Ley de Vagos y Maleantes de 1933 y la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 1970 y además en los últimos años del franquismo, las lesbianas eran internadas en manicomios para reeducar su sexualidad y curarlas de su enfermedad, para ello era común el uso de terapias con electroshock que pretendían volverlas heterosexuales, lo que dejaría a estas mujeres innumerables secuelas para el resto de sus vidas. Por otro lado, un gran número de mujeres encontraron como mecanismo de defensa la ocultación y a través de la lesbofobia interiorizada su salud mental ha sido afectada. Las mujeres trans sufrieron la cárcel y fueron reprimidas en campos de tortura.

Los objetivos planteados para este estudio han sido los de investigar los mecanismos de autoaceptación o rechazo, así como averiguar las formas de afrontamiento frente a la lesbofobia o transfobia. Se profundizó en las razones y formas de afrontamiento frente a situaciones discriminatorias y cómo éstas pueden conducir a su invisibilización, reflexionando desde sus experiencias, si tienen una conciencia propia de “Orgullo” o “Lesbofobia/transfobia interiorizada”.

En opinión de Hovey (2009) la homofobia y la discriminación pueden amenazar la salud y bienestar de las personas mayores LGTBI, pudiendo reforzar el aislamiento social y poner en mayor riesgo de enfermedad y muerte. La LGTBIfobia y discriminación puede ejercerse sutilmente a través de miradas de desaprobación o agresiones verbales; las miradas son las formas de marcar el espacio social como heterosexual haciendo sentir fuera de lugar a las personas LGTBI que no siguen el modelo normativo. Las personas tienden hacia la autorrepresión, se creen inferiores y se automarginan, siendo tratados como marginados a modo de profecía autocumplida.

Los estudios de Brennan et. al (2013) revelaron que la socialización es una necesidad de importancia ya que muchas personas vivían solas, lo cual fomenta el aislamiento social y la sensación de soledad. Plantean que deben ser tomadas medidas específicas a nivel de programas para atender las necesidades de socialización y el aislamiento que caracteriza el envejecimiento de las personas LGBT.

Las lesbianas y mujeres transexuales mayores se resisten a hacer uso de los actuales espacios y programas porque no les satisfacen o creen que pueden ser discriminadas y sus sexualidades no respetadas.

La construcción de su autoconcepto se realizó desde mecanismos resilientes que pueden ponerse en peligro de carecer de apoyos sociales o sufrir lesbofobia o transfobia viéndose obligadas a ocultarse y resintiéndose su salud; haciendo escaso uso de espacios y actividades destinados a personas mayores.

Si queréis consultar el artículo completo podéis verlo AQUÍ a partir de la página 497.