Reflexiones, emociones y análisis de «Sed de Piel ¿feminizar el futuro?» de Manuel Lucas Matheu.

El autor hace un concienzudo y magnifico recorrido por la DIVERSIDAD (en mayúsculas) en nuestro planeta, que pretende evidenciar lo absurdo de las discusiones dicotomizantes y la imposibilidad de establecer límites claros entre los determinantes genéticos, biológicos, ambientales y culturales íntimamente relacionados y hasta simbióticos en muchos casos.
Lucas comienza su libro “Sed de Piel. ¿Feminizar el futuro?” con la aseveración entorno al fracaso del sistema comunista y posiblemente del sistema neoliberal, pero ¿ha fracasado realmente el sistema neoliberal?, ¿ha fracasado la globalización productora de un capitalismo salvaje?, ¿ha fracasado el capitalismo con Trump como presidente de EEUU o con Rajoy como presidente de España?, ¿ha fracasado el modelo plusagresivo, insolidario y con exceso de testosterona propios del sistema capitalista machista? En mi opinión la respuesta a todas estas preguntas es NO, pero también es cierto que un gran número de la población mundial de diferentes ideologías (grupos ecologistas, feministas, anticapitalistas, movimientos de liberación LGTBIQ, antisistema, etc.) parecen conscientes del sistema que nos controla y hacen todo lo posible para proponer y promover cambios, pero quizá estos cambios se estén demorando más de los que muchxs quisiéramos. ¿Podríamos hablar entonces de un gigante todopoderoso con los pies de barro?… ¡¡quizá…!! Hace poco hemos visto como los movimientos contrarios al TTIP han conseguido paralizar en Europa la firma de este acuerdo y como desde el poder se han modificado algunos postulados.

El libro nos muestra las claves del proceso de sexuación humano a través de un completo buceo filogenético de mucha utilidad frente al androcentrismo y antropocentrismo que finalmente nos muestra que la sexualidad humana transcendió lo procreativo convirtiéndose en un elemento de comunicación, para ello la mujer ha sido la gran protagonista de esta revolución sexual igualitaria con la desaparición del celo, pasando a una inducción neurológica y hormonal igualándose a la del macho.
El estudio también bucea en las diferencias culturales en cuanto a las conductas sexuales para cuestionarse ¿cuáles son los determinantes en la construcción de los diferentes modelos de moral sexual? Y esto ¿qué transcendencia tiene en el presente y el futuro de nuestra cultura? Que son las preguntas de las que Lucas parte para iniciar este interesante viaje “cosmo-bio-cultural”. Hasta el momento el hecho sexual humano había sido analizado desde una perspectiva dicotomizante, “lo biológico” vs “lo cultural” y es mediante la exploración de la escala filogenética y el estudio de las claves antropológicas y transculturales como puede comprenderse la sexualidad como “un hecho multidimensional, complejo y peninsular, esto es, unido a la vida y dentro del cosmos”. Lucas establece la diversidad como el hecho “más fascinante del estudio de la evolución filogenética ya que cualquier intento de generalización va a encontrarse con algún ejemplo que lo contradiga”.

Lucas establece un debate sobre la teoría hidráulica de la energía libidinal a través del estudio de diferentes autores y abre un interesante interrogante. ¿cuál es la relación entre la violencia y la represión de la libido? Para lo cual resulta imprescindible el estudio de las diferentes culturas de sociedades primitivas, terminando con una excepcional conclusión que comparto y la haré formar parte de mi acervo y saberes “Cuando el individuo no puede acariciar, golpea; cuando no puede hacer el amor, viola; cuando se siente rechazado y no puede comunicarse con los demás, agrede; en suma, cuando no puede amar, hace la guerra.”
Entre las conclusiones alcanzadas, Lucas destaca la influencia de los determinantes sociobiológicos en la construcción del modelo de moral sexual de cada cultura. Las culturas implantadas en ecosistemas no aislantes presentan características comunes, a saber: una mayor agresividad con un papel de la mujer secundario y su sexualidad estaba muy reprimida; que se diferencian de las culturas implantadas en ecosistemas aislantes donde lo femenino tiene una presencia importante y el grado de agresividad es muy bajo. Lo cual parece responder a la pregunta si ¿Los sistemas matrilineales son más felices? y si ¿satisfacer la sed de piel hace a los pueblos más felices? Tras la lectura la respuesta parece mostrarse más clara, así entre los Na (una isla matrilineal en el desierto patriarcal de china) la solidaridad está más presente. Las excepciones en un planeta dominado por el heteropatriarcado me llenan de esperanza y que aun en pleno siglo XXI, las mujeres de la etnia ‘Mosuo’, dueñas y señoras de las tierras, van pasando su nombre y patrimonio de madres a hijas encargándose del bienestar de la familia y preservando la tradición matriarcal para las generaciones futuras.

Los estudios de Kinsey han tenido una importante influencia en la población americana y por extensión en toda la cultura occidental y con Masters y Johnson comienza lo que se ha dado en llamar la Revolución sexual. Es así como empiezan a reinterpretarse de otro modo el marxismo, el cristianismo y hasta las teorías del Freud, pero en esta revolución han influido otros movimientos “contraculturales” como el movimiento Hippie y el Mayo del 68 francés que han sido origen de movimientos liberalizadores de minorías reprimidas (negros, homosexuales, ecologistas, etc.). Hemos alcanzado así un nuevo concepto de placer más dignificado dando paso de la sexofobia a la orgasmomanía.
Será de interés estudiar en una próxima entrada como la revolución sexual, la Educastración sexual mediante la sexofobia cultural nos han conducido a través del procreativismo y la imposición de modelos estéticos al momento actual.

 

Segunda parte. Reflexiones, emociones y análisis de «Sed de Piel ¿feminizar el futuro?» de Manuel Lucas Matheu.

Como vimos en la entrada anterior el reconocimiento de la diversidad sexual humana no es sólo la constatación de la realidad visible que nos rodea para ello el buceo filogenético resulta de utilidad frente al androcentrismo y antropocentrismo que nos muestra que la sexualidad humana transcendió lo procreativo convirtiéndose en un elemento de comunicación donde la mujer ha sido la gran protagonista.
Tras la revolución sexual el modelo de comportamiento sexual sigue siendo procreativista y se pasa de una normatividad prohibitiva a una normatividad permisiva, esto es que se califican las conductas como sanas o enfermas (orden médico), como punibles o no (orden jurídico) y como buenas o malas (orden ético). De este modo se pueden legitimar o descalificar, hacer aceptables o rechazables los comportamientos y aunque quizá la religión aun tenga un importante peso, el hecho sexual es calificado como “normal o desviado” ¿Desviado de dónde? La sexofobia ha producido una tabuización de la sexualidad promoviendo códigos legales y morales restrictivas. El puritanismo sigue un camino imparable haciendo cada vez más presente elaborando leyes y normas contra todas las formas de relación sexual no procreativas. El puritanismo presente hoy, por ejemplo, en el movimiento tea party y muchos movimientos religiosos en EEUU y en nuestro país con el Foro Español de la Familia que es una plataforma civil y no confesional (con una muy evidente raíz en el Opus Dei), altavoz e instrumento de la más reaccionaria iglesia católica española lucha para tener una mayor presencia social en España y con proyección internacional para la protección de los valores cristianos entorno a los que se constituye la única y verdadera familia.

Para Lucas la sexofobia cultural actúa mediante la educastración sexual con mensajes negativos y restricciones que crean una coraza caracterial, que protege el interior del entorno. La expresión del deseo y de las emociones está limitada y autolimitada, convirtiéndose en una especie de “armarización”, literal en muchas personas LGTBI y encubridora del hombre tierno (pero heterosexual) frente al macho, que es el único modelo de hombre posible. En estos casos dejar emerger la energía libidinal encontrará dificultades y bloqueos y finalmente infelicidad. Está tan coartado el contacto humano, la satisfacción de la sed de piel, (especialmente entre varones heterosexuales) que genera dificultades, miedos y desconfianzas y el saludo entre dos machos “alfa” evita el contacto y el afecto, a través de un abrazo con palmadas, que ni es abrazo ni supone ningún contacto, esta falta de acercamiento es casi inexistente entre las mujeres, mucho más libres para evidenciar sus afectos y satisfacer sus necesidades de contacto, comparto con el autor que esta “minusvalidez comunicativa, está fraguada a través de los años y de las improntas educativas.”
El procreativismo también ha limitado el potencial comunicativo en nuestra sociedad a edades y condiciones procreativas dejando fuera a niños y ancianos. Se ha reducido el acto sexual al coito y todas las demás formas de contacto son prohibidas, obviadas y si son aceptadas se usan de forma accesoria con un fin… “el coito”. Por supuesto que los vínculos sexuales que no suponen la procreación son directamente rechazados. Me cuestiono si esta visión sobre las parejas homosexuales está siendo modificada a la vez que la sociedad empieza a percibir a estas nuevas familias como capacitadas para la crianza de apego y para la constitución de nuevos modelos familiares que tan poco se diferencian del modelo tradicional de familia salvo que están constituidos por dos hombres o dos mujeres.
Destacar también la mirada sobre los modelos estéticos dominantes en los que el autor incluye la estética física, intelectual y social. Estos modelos estéticos son más estrictos con la mujer y aunque parecen estar igualándose lo están haciendo es un sentido esclavizador en lugar de liberador de la imposición social, publicitaria y comercial que parece perseguirse. Estos modelos estéticos están ligados al carácter procreativista impuestos, dejando a las personas mayores como antítesis de lo estéticamente bello, surge así el edadismo, que empieza a estar presente en la literatura científica, como hecho discriminatorio hacia las personas mayores.
El culto por la delgadez y la obsesión antigrasa, está reforzada y argumentada no sólo en cuestiones estéticas sino también mediante un argumentario sanitario. Pero quizá el estereotipo que más me preocupa es el referido por Lucas como la Estética intelectual a través del cual una persona inteligente puede compensar su fealdad y una persona “simple mentalmente” puede compensarlo a través de la belleza (a través del clásico mito de la “rubia tonta” por ejemplo) que se nos muestra en muchos programas de la llamada telebasura (Mujeres, hombres y viceversa; Gran hermano; Supervivientes, etc.) donde los ideales de belleza de hombres y mujeres que promocionan son personas con poca educación, formación y valores. Estos modelos parecen convivir con los que el autor menciona en su obra (el deseado guapo e inteligente, o el de posición social y económica), del cual parece haberse hecho un compendio en la tan afamada 50 sombras de Grey, en la que un macho alfa, machista, guapo, inteligente con posición social y rico es promovido entre millones de mujeres como el ideal de belleza masculina.

Se hace mención al origen y papel de los celos y la posesión sobre el otro en relación a la crianza de apego, a la proximidad y satisfacción de piel por parte del niño, así como su influencia en las improntas sobre la libido reforzadas culturalmente por una moral monogámica y matrimonialista, con obsesión en el control y evitación de la infidelidad que no son sino origen de miedos, frustraciones, en definitiva, de celos. Estas relaciones son sin duda castrantes y evitadoras de otras posibilidades comunicativas que pueden mejorar el crecimiento personal y por ende el de la pareja (si así ha sido constituida). No deja de resultar sorprendente como la comunidad homosexual en nuestro país ha sido ferviente defensora del matrimonio para personas del mismo sexo (que si bien ha supuesto un reconocimiento de igualdad de derechos) también ha supuesto la imposición de un modelo monogámico y de fidelidad también entre las parejas de igual sexo a semejanza de las virtudes y defectos del matrimonio heterosexual.
En cuanto al análisis que se hace del deseo y la homofobia comparto con el autor su visión sobre la segregación del deseo en dos vertientes, las relaciones homosexuales y heterosexuales como polos opuestos del deseo humano, cuando los estudios de Kinsey vinieron a demostrar el continuum del deseo en las relaciones, completamente opuesto a la visión dicotomizante propuesta desde nuestra moral. Para Kinsey “Es un fundamento de la taxonomía en que la naturaleza raramente se enfrenta con categorías separadas… El mundo vivo es continuo en cada uno de sus aspectos.”
La satisfacción del deseo y la comunicación en el Siglo XXI ha pasado de la relación directa e interpersonal a la comunicación virtual y digital, para lo cual están surgiendo multitud de aplicaciones para teléfonos inteligentes que proporcionan el contacto con otras personas así como lo hacen las redes sociales e internet que parece estar provocando una búsqueda compulsiva de satisfacción inmediata y en cierta medida una pornoadicción, parecen no existir datos concluyentes pero según algunas investigaciones tan sólo un 4% de sitios y un 14% de las búsquedas están «dedicados al sexo», por contra un estudio realizado en 2010 por Optenet, indicaba que el 37% de Internet estaba dedicado a la pornografía. Hoy en día estar presente en el mundo es estar presente en la red, y muchos jóvenes no consideran que “existen” para sus iguales hasta que no se visibilizan en una pantalla, ¿Dónde nos llevará la superficialidad del “selfie”? Este modelo se acrecenta con la imagen distorsionada que se proporciona desde la televisión, imágenes estereotipadas y deformadas de la realidad, proporcionando modelos, en mi opinión indeseables, la comercialización y mercantilización de la telerrealidad no tiene otro objetivo que la de crear espacios televisivos para hacer publicidad y “vender” productos.
Me contraria que no siendo una cultura aislada por el ecosistema, nuestra cultura tenga todas las características de éstas, entiendo que nuestra cultura tiene una raíz muy importante en aquellas primeras tribus judías, pero me gustaría que hubiese mayores coincidencias con las sociedades pacíficas y sexualmente relajadas, con las sociedades en las que la mujer tiene un papel más importante por ello estoy completamente convencido que es necesario feminizar el futuro y disminuir el grado de represión sexual, eliminando la agresividad de nuestra sociedad y para ello la educación juega un peso específico de primer orden. Los hombres han de aprender a aceptar su parte femenina, a reivindicarla y sentirse orgullosos de ella.